Las botellitas de Leipzig
Mi padre me contó un par de veces la anécdota de cuando mi abuelo Alejandro llegó una vez a casa con una caja de madera recién recibida de Leipzig, Alemania. Frente a toda la familia destapó el recipiente que contenía unas botellitas multicolores de las cuales brotó la magia. Cuando su padre abrió una de ellas y vertió un par de gotas en medio vaso de agua, este se torno del color del líquido del frasquito. Inmediatamente les dio a probar esa mezcla prodigiosa que tenía un dulce sabor a frambuesas y todos se quedaron boquiabiertos.
Ese episodio siempre se me pareció al primer párrafo de "Cien años de Soledad", cuando el coronel Aureliano Buendia recordó al pie del pelotón de fusilamiento, el día en que su padre lo llevó a conocer el hielo que por primera vez llegaba a Macondo de manos del gitano Melequiades.
La cajita con las esencias de Leipzig fue el comienzo de un emprendimiento familiar que dio origen a la Fábrica de Refrescos Bolívar, fundada en Heredia, Costa Rica, calculo yo hacia el año 1921.
Mi padre cuenta que él mismo salía a veces con su padre a repartir refrescos en el único camión de la empresa, que, por cierto, tenía ruedas de caucho masizas.
El emprendimiento no duró mucho : la crisis económica mundial impulsada por la caída de la bolsa de Nueva York del año 29, dejó siete huérfanos de padre, luego que Alejandro Madrigal muriera de un infarto al ver derrumbarse su dulce esfuerzo. La abuela Margarita, una señora sin ninguna preparación para enfrentar la debacle y las deudas se vio en la necesidad de vender las propiedades y deambular con su muchachera por casas alquiladas donde muchas veces el fogón de la cocina se encendía por el esfuerzo de vecinos caritativos.
Ayer el bisnieto e hijo de Alejandro Madrigal, de nombre Augusto, me llama desde Leipzig. Estaba viendo la "Van Gogh Experience", esa extraordinaria experiencia de luces que reproduce en un ambiente oscuro, los principales temas del pintor.
No se porqué, pero recordé las botellitas de Leipzig y las imagine vertiendo todos sus colores en la exhibición Van Gogh, como conmemorando los 100 años de la fundación de la fábrica del abuelo Alejandro.
Comentarios
Publicar un comentario