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Mostrando entradas de abril, 2014

Los Warao y la revolución

Cuando en un día de julio de 1498 Cristóbal Colón pasó por Boca de Serpiente, esa estrecha garganta que separa el Delta del Orinoco de las costas de Trinidad, pudo observar que el agua era bastante dulce por lo que la presencia de un gran rio era inminente. Si esto era cierto, lo que estaba observando no era una islita más, sino la esperada Tierra Firme. A esta masa continental la llamó Tierra de Gracia y no dudó en situar en ella el Paraíso Terrenal. Capure y Pedernales son las últimas poblaciones que acaricia el Padre Orinoco antes de su espectacular matrimonio con el Océano Atlántico, en el caño Mánamo, uno de sus brazos finales. De este lugar nos separan unas cuatro horas en lancha rápida desde Tucupita, la capital del Estado Delta Amacuro. Es la tierra de los remotos Warao, dueños de estas aguas mucho antes que Colón imaginara la Tierra de Gracia. Sus palafitos pueblan las riberas de los caños teniendo de fondo la selva impenetrable y deslumbrante de los vitales moriches,