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“Explícame, por favor ¿qué pasó?..”


La primera llamado telefónica del 8 de Octubre, el dia siguiente a las elecciones, provino de mi entrañable amigo Said, compañero de no pocas vivencias. “Explícame, por favor ¿qué pasó?..

Me había encontrado recientemente a Said en la concentración de Capriles de la avenida Bolívar. Era fácil distinguirlo entre la multitud por su altura y su sombrero de Panamá. Su abrazo me transmitió una enorme emoción, la cual era amplificada por la energía del ambiente de triunfo que caracterizó las últimas semanas de la campaña opositora.

Pasó que ganó Chávez – alcancé a decir- tal como lo pronosticaban la mayor parte de las encuestas serias” Y le relaté mi experiencia en el evento de Datanalisis, ocho días antes de las elecciones donde acudí a escuchar de primera mano los distintos escenarios y pronósticos, todos coincidentes con los resultados del domingo.

Pero, ¿cómo es posible, por ejemplo, que haya ganado en Miranda, el estado de Capriles?”

Said, le dije- “Miranda no es Baruta, donde tú te mueves y te relaciones, es también Petare, es Valles del Tuy, es Guaicaipuro y Barlovento, sectores densamente poblados donde la miseria ha imperado durante mucho tiempo, pero que bajo el gobierno de Chávez estos índices de pobreza han cedido sustancialmente, tal como lo reconocen todos los organismos internacionales especializados. Uno de los primeros esfuerzos que todos debemos hacer es ver la realidad no con los lentes de nuestro entorno inmediato, sino ubicándonos en los zapatos de esos sectores que durante, al menos treinta años fueron pauperizándose y ahora ven una esperanza tangible

Por mi trabajo, debo recorrer el país con regularidad. Hace poco me metí a curiosear Camaguán, un pueblo guariqueño que recordaba como mísero, polvoriento y altamente adeco. Me sorprendió ver sus calles arborizadas y con jardines, ver una gran empresa “socialista” de procesamiento lácteo, una universidad y en general un inesperado ambiente de progreso. Hablé con no pocos habitantes y no encontré un solo posible voto para la oposición. El mismo ambiente encontré en pueblos de Sucre, Barinas y Bolívar. Estas experiencias te hacen comprender cuan distorsionada es nuestra visión cuando utilizamos nuestros lentes de clase media caraqueña para observar la realidad política de Venezuela.

Pero es que la gente habla de trampas y manipulación de las máquinas..” Insistía Said. “Explícame para que sirve ese cable que nos conecta con Cuba..”

Nuestro sistema de votación es como el caso del cajero automático del banco. Tu haces una operación electrónica y la máquina emite un papelito que debe ser certificar tu acción. Al final de mes tú recibes un estado de cuenta del banco dónde seguramente estará reflejada la operación de ese momento. Lo mismo sucede con tu voto. El CNE recibe el estado de cuenta, es decir las actas de votación que deben reflejar cada uno de los papelitos que son introducidos en las urnas. Lo interesante del caso es que el 54% de las urnas con papelitos son auditadas por los testigos de mesas para ver si ese conteo manual coincide con el acta correspondiente enviada al CNE. Hasta ahora y en mas de diez años de proceso automatizado, ningún actor político ha encontrado alguna diferencia significativa en esta auditoría. Evidentemente, no es allí dónde está la “trampa”, es decir no hay una forma razonable de explicar una trampa por esta vía.

La verdadera trampa es el uso abusivo de los recursos del estado por parte de un gobierno todopoderoso. Resulta altamente inmoral, por ejemplo, que los medios de comunicación radioeléctricos se vean obligados a difundir, gratuitamente, propaganda electoral disfrazada de institucional en plena campaña electoral, así como las interminables cadenas del presidente, mientras que el candidato opositor solo tenga acceso a tres minutos diarios por medio. No creo que eso se repita en ningún país democrático del mundo. Sabemos que las campañas electorales se ganan hoy día, fundamentalmente con apoyo de la televisión. En Venezuela la asimetría de condiciones es evidente.

El edificio de PDVSA, por ejemplo está íntegramente empapelado de propaganda del candidato de gobierno. Esta prerrogativa en los espacios públicos está evidentemente vedada al candidato opositor. ¿Es esto o no ventajismo?. ¿O el uso de cientos de autobuses de PDVSA, Corpoelec o las gobernaciones chavistas para movilizar a sus partidarios en días laborables no constituye también un delito electoral?
Estos son los aspectos que a mi juicio, la oposición venezolana, robustecida con un crecimiento de votantes mucho mayor a la registrada por el oficialismo, debe enfrentar con decisión en los próximos meses. Tarea complicada, pero no imposible en un estado que controla todos los poderes, sin reconocer la existencia de un 45% de la población que tiene todo el derecho de disentir y creer que los mismos logros sociales y mas pueden ser alcanzados con un modelo de menor odio y descalificación tal y como no los enseñan los ejemplos de los países más avanzados del mundo (no me refiero precisamente a Estados Unidos, sino a naciones como Suecia, Noruega, Finlandia o Corea del Sur, Japón, Singapur, Nueva Zelanda) y no precisamente las naciones que son “modelo” para la ideología del socialismo del siglo XXI.

A Said le recomendé una buena dosis de tolerancia, objetividad y entusiasmo. Los procesos de maduración social son lentos y a veces frustrantes. Pero sólo la constancia y el esfuerzo honesto y el trabajo producirán la evolución de Venezuela hacia una nación dónde la delincuencia no nos encierre en nuestras casas, dónde la infraestructura progrese, y sobre todo, dónde la familias se reconcilien y las barreras que separan estas dos sociedades se rompan definitivamente.

Comentarios

  1. Comparto plénamente tus apreciaciones Alejandro, un abrazo

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  2. "L’homme est né libre, et partout il est dans les fers" -Rousseau

    ¡Excelente! :)

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