Había una vez un país de borrachos al norte de América de Sur que pensó que era rico. De hecho disfrutó durante varias décadas de ingresos similares a los de los países desarrollados de ésa época. Pero su efímera riqueza no se sustentaba en el esfuerzo de sus habitantes, sino que salía de las entrañas de la tierra. Además esa riqueza no fluyó equitativamente para todos, pues a pesar de que se abrieron oportunidades para los más sobrios, grandes estratos de población se quedaron atrapados en el tremedal de la pobreza. Sus dirigentes en ese entonces no supieron o no quisieron invertir en preparar a la nación para autosustentar la borrachera y preferían disfrutar de la orgía del dinero fácil, que cuando fluía, permitía grandes bacanales, pero cuando mermaba por razones estacionales, dejaba a los borrachines desnudos y con una resaca temporal, hasta que llegara una nueva ola de bonanza. En una de esas resacas, los borrachos se disgustaron pues la bebida no alcanzaba para todos...
Impresiones de un madrigal